12 de enero - Tengo una erección incontrolablemente incontrolable
No os fieis del título. Simplemente era para ver si prestábais atención.
El otro dia me quedé en mi ataque de mala hostia humeante cuando llegué a casa para dormir 60 minutos de reloj antes de ver a Dani y mi madre comenzó a pasar el aspirador indiscriminadamente por suelo, paredes, estanterias, mesas, electrodomésticos, piezas de fruta y montones de sabanas sucias. Si, quizá exagero, pero aquello era demasiado. Solo pretendía dormir 60 minutos. Y JUSTO cuando concilié el sueño (cuando solo quedaba media hora para despertarme) llegó el marido de mi madre y mi hermano, ambos con un tono de voz que podria provocar tsunamis. Abrí la puerta de la habitación, los maldije, me desperté, pensé en la que le esperaba al pobre Dani por mi estado de humor, y me concentré en ducharme eliminando toda mi mala hostia en la bañera bajo el agua. Hay gente que elimina su sobrecarga de orina en la bañera, pero yo no, yo la mala hostia.
Tarde, como siempre, recogí a Dani en la estación y mire con cara de duda la luz que salía de la emisora de radio donde hago mi programa los domingos. Se suponía que ibamos a estar solos y alli habia LUZ lo cual quiere decir "no-vais-a-estar-solos". Dani puso su habitual cara de "esto no es lo que me dijiste" y yo le ignoré haciendo ver que todo se arreglaría. Como es normal, en un rato ya nos habíamos quedado solos y a Dani se le había cambiado la cara y estaba mas dócil. Pasamos unas horas en la radio, donde le dije que debía ir para grabar nosequé. No tardó en darse cuenta que era una excusa para estar solos, pobrecito. Cenamos y en cuestión de un rato estabamos sentados en el suelo de la sala de control, a oscuras y abrazados. Perdimos el tren y lo acompañé a Barcelona en un bonito taxi (13 euros) antes de que su madre lo despedazara por llegar tarde (algo que, si saliera con hombres de 37 años no me sucédería).
El sabado 8 me desperté a las seis de la mañana para coger un vuelo a Munich de Lufthansa. Llegué igual de justo que siempre al mostrador de facturación y además, tuve el morro de hacer esperar al resto del pasaje que estaba embarcando para acercarme al Pans & Company a buscar un temprano menú de pechuga de pollo con bravas incluídas. No se porqué cojones la gente del avión pone mala cara por comer a las 8 de la mañana unas bravas al lado de ellos. Eso sí, no sabéis el gustazo que es comerse un delicioso menú de pechuga de pollo calentita + bravas deliciosas + coca cola hipercalórica a miles de metros de altura con una chaquetita por encima y con una colección de capullas enseñandome como demonios ponerme el mismo cinturón de seguridad que me he puesto 3897345 veces en anteriores aviones. Y no nos olvidemos de que estaba amaneciendo y era precioso. Si es que mi vida mola un montón.
Llegué a Munich despues de haber dormido placenteramente una horita larga en el avion y al salir del avión encontré mi nuevo juguete. Los señores de Europcar tenían instalados una especie de columpios, que constaban de una bola de plastico duro enorme y transparente con un comodííííííísimo cojin dentro. Ni que decir tiene que miré a izquierda y derecha, comprobé que había algun ejecutivo en ellos y que no haría el ridículo en un lugar para niños, cogí férreamente mi cartera y me apalnqué. Me puse la alarma del movil a las 11 para ir a la puerta de embaque del siguiente vuelo y me dormí como una putisima marmota. No se si en el proceso pateé algun niño escandaloso pero ya podría ser, ya...
A las 11,35 partía hacia Stuttgart en un pequeño avión regional de Lufthansa con azafatas alemanas feas y un chino que tenía una especie de brote de esquizofrenia. Seguí sobando un rato más y llegué al Flughafen de Stuttgart, que es como la gente culta como yo llama a los aeropuertos alemanes. Flughafen. Flug- ha-fen. Tres silabas. Junto con "danke" es lo único que se de alemán.
A las 12:30 estaba llegando al hotel Mövenpick, el cual está nada más salir del aeropuerto. Allí me pegué ua buena ducha e hice tiempo hasta las tres de la tarde, cuando el encargado de promoción de la compañía discográfica que me invitaba a Stuttgart pasaría a bsucarme a mí y a algún periodista europeo más para llevarnos a una mina. Si señores, una mina de esas donde se curra y se mata la gente aplastada por un derrumbamiento interno.
100 kilómetros separan Stuttgart de Aelen, donde estaba situada la maldita mina. Pasé el viaje sobando contra la guantera y evitando socializar con ningún humano de los que había presentes allí, hasta que llegamos a la maldita mina. Allí me puse un casco, me subí en la vagoneta correspondiente y me hundí a unos 70 metros bajo tierra para asistir a la curiosa presentación de un disco de un grupo de Heavy Metal que me encontraba cubriendo para una de las revistas en las que trabajo habitualmente. Despues de escuchar 12 canciones con cara de interés, me sirvieron una extraña carne de cerdo que me comí más por hambre que por gusto, ya que eran las 18:00 y desde el menú del Pans en mi cuerpo no habían entrado más que abusivas cantidades de Mentos adquiridas en el aeropuerto de Munich. Me hinché a base de pan para mitigar el hambre que seguía sintiendo y comencé a incordiar cual niño pequeño con el "cuando nos vamos?". Mis plegarias fueron oídas y me plantaron en un pub restaurante de Aelen, donde me cebaron un poco mas e hice la pertinente entrevista con el grupo entre toneladas de patatas fritas, cocacolas, hamburguesas, y adolescentes alemanes irresistibles. No sabía que comerme primero, pero pensé en Dani y en su cara de "que-inocente-soy" (fingida, por supuesto, aquí nadie tiene un pelo de inocente) y centré mi atención en la comida exclusivamente no humana.
A la 1 de la mañana, con una lluvia de cojones, llegué al hotel de nuevo y me dispuse a comprar un par de botellas de agua en el bar del hotel, donde me atacó un aniñado camarero de unos 30 años que no parecía querer despegarse de mi después de que le hubiera pagado las botellas y no paraba de desearme una buena estancia, una buena noche, una grata existencia, un bonito dia, y en morse mediante golpecitos de tacón, me decía que me iba a comer tó lo negro. Quizá estoy viendo fantasmas, pero conociendo mi ego, no me extrañaría. Me fui a dormir despues de intentar escribir algo en el ordenador y fallar miserablemente.
El domingo lo emplee en hacerme fotos en pelotas en la habitacion del hotel. Los espejos de ese hotel siempre me hacen de un guapo que no me lo creo ni yo y habia que aprovechar y masajear el ego un poco más. Así de paso hacía tiempo para el avion de vuelta, el cual cogí a las 11,35. A las 13,30 ya estaba en casita de vuelta y al poco Dani me llamaba para ver que demonios hacía y si quedabamos esa tarde o no. Mi perrería era superior a mis ganas de verle, pero terminó por convencerme y me planté a verle en Barcelona una horita escasa que me supo a poco. Luego tomé caminito y me largué a la radio a iniciar la temporada de mi programa, ELECTRIC CIRCUS con mis queridísimos Angel y Penumbra.
Mira que me mola escribir.
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Y hoy es miercoles, y el lunes me rasqué los cojones y el martes tambien. Hoy quedo con Dani y ya os contaré mañana. Ala. Fin.
2 Comments:
cierto, yo tambien quiero fotos de esas!!!
Y por cierto, no te conozco de na, pero leo todos los dias tu blog. Me imaginaba a Dani bastante inocente, pero hoy dices que no tiene un pelo de tonto... ha sido un descubrimiento para mi!!! el proximo mensaje no me lo perdere
8:05 p. m.
Llevaba varios dias intentando felicitarte por los buenos resultados de tu salud ;) pero no me dejaba entrar, asias x abrirme (Vengo de casa de nosolomusica)
Por cierto: Hay que ver lo que Alicante se parece a Berlín. :D
8:47 a. m.
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